cumbia

Cumbia (Colombia)

musical y baile folclórico tradicional de Colombia.12​ Posee contenidos de tres vertientes culturales, principalmente indígena y negra africana y, en menor medida, blanca (española), siendo fruto del largo e intenso mestizaje entre estas culturas durante la Conquista y la Colonia. El investigador Guillermo Abadía Morales en su "Compendio del folclor colombiano", volumen 3, #7, publicado en 1962, afirma que "ello explica el origen en la conjugación zamba del aire musical por la fusión de la melancólica flauta indígena gaita o caña de millo, es decir, Tolo o Kuisí, de las etnias Cunas y Koguis, respectivamente, y la alegre e impetuosa resonancia del tambor africano. El ayuntamiento etnográfico ha quedado simbolizado en los distintos papeles que corresponden en el baile de la cumbia a cada sexo".3​ La presencia de estos elementos culturales se puede apreciar así:
  • En la instrumentación están los tambores de origen negro africano; las maracas, el guache y los pitos (caña de millo y gaitas) de origen indígena; mientras que los cantos y coplas son aporte de la poética española, aunque adaptadas luego.
  • Presencia de movimientos sensuales, marcadamente galantes, seductores, característicos de los bailes de origen africano.
  • Las vestiduras tienen claros rasgos españoles: largas polleras, encajes, lentejuelas, candongas, y los mismos tocados de flores y el maquillaje intenso en las mujeres; camisa y pantalón blanco, pañolón rojo anudado al cuello y sombrero en los hombres.
A partir de la década de 1940, la cumbia comercial o moderna se expandió al resto de América Latina, tras lo cual se popularizó en todo el continente siguiendo distintas adaptaciones comerciales, como la cumbia argentina, la cumbia boliviana, la cumbia chilena, la cumbia dominicana, la cumbia ecuatoriana, la cumbia mexicana, la cumbia peruana, la cumbia salvadoreña, la cumbia uruguayay la cumbia venezolana, entre otras.

Etimología[editar]

El vocablo cumbia ha sido motivo de estudio por distintos autores que le atribuyen distintos orígenes y significados.
En 1930, el musicólogo panameño Narciso Garay asumió que la palabra cumbia comparte la misma raíz lingüística del vocablo cumbé, baile de origen africano registrado en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua como "Baile de Negros".4
La folclorista colombiana Delia Zapata Olivella, en su publicación de 1962, "La Cumbia: Síntesis Musical de la Nación Colombiana, Reseña Histórica y Coreográfica", señala que la única voz similar a cumbia que acoge la Academia Española, es la de cumbé: "cierto baile de negros y tañido de este baile". Y que cumbes (sin tilde), se llaman los negros que habitan en Bata, en la Guinea continental española (actual Guinea Ecuatorial).5
El investigador cultural colombiano Jorge Diazgranados Villarreal en su artículo "La cumbia, el jolgorio y sobre todo el placer", publicado en 1977 establece:
Cumbia viene de Cumbague y Cumbague era la personificación del cacique indígena pocabuyano, se dice que Cumbague además de tener un carácter belicoso y audaz, debía ser un excelente bebedor de maco (chicha) porque todos los de su raza eran muy borrachos y amigos del baile y la juerga.6
El musicólogo y folclorólogo Guillermo Abadía Morales, en su obra de 1977 "Compendio general de folclore colombiano", sostiene que cumbia es un apócope de cumbancha, vocablo cuya raíz es kumba, gentilicio mandinga del occidente africano, y añade que el país del Congo y su rey se llamó rey de Cumba.7
El etnólogo cubano Fernando Ortiz Fernández establece que las voces kumbakumbé y kumbí, al castellanizarse sustituyendo la letra "k" por "c", significan "tambores" o "bailes". Agrega que cumbécumbia y cumba eran tambores de origen africano en las Antillas. Por otro lado, establece que cumba – kumba, palabra africana de las tribus bantú o congos, significa "rugir", "escandalizar", "gritería", "escándalo", "regocijo". A esta teoría adhiere Manuel Zárate en su obra "Tambor y Socavón", como la raíz de la palabra cumbia.8​ Asimismo, para Ortiz, entre los congos, nkumbi es un tambor.7
En relación con la voz cumbé, la versión 22.ª del Diccionario de la Real Academia de la Lengua, publicada en 2001, la registra como: "Danza de la Guinea Ecuatorial" y "Son de esta danza".9
En 2006, el músico y musicólogo colombiano Guillermo Carbó Ronderos afirmó que la etimología de la voz cumbia es "aún controvertida", y que "parece derivar del término bantú cumbé, ritmo y danza de Guinea Ecuatorial".10

Ámbito geográfico[editar]

Ámbito geográfico de la cumbia colombiana.
La cumbia tiene presencia en la Costa Caribe, en la subregión que gravita alrededor del río Magdalena, su delta invertido, los montes de María y poblaciones ribereñas, con epicentro en la Depresión Momposina, asiento del antiguo país indígena del Pocabuy.

Origen[editar]

El sociólogo Adolfo González Henríquez, en su trabajo «La música del Caribe colombiano durante la guerra de independencia y comienzos de la República»,11​ incluye un texto del almirante José Prudencio Padilla que registra las cumbiambas y gaitas indígenas durante la fiesta de San Juan Bautista en la vecina población de Arjona, pocos días antes de la batalla naval que se llevó a cabo en la bahía de las Ánimas de Cartagena de Indias entre los últimos reductos españoles y el ejército republicano, confrontación bélica que selló la independencia de Colombia:12
No era noche de luna la del 18 de junio de 1821; pero la pintoresca población de Arjona ostentaba la más pura serenidad en el cielo tachonado de estrellas, y en el alegre bullicio de las gaitas y cumbiambas con que festejaban los indígenas, al abrigo de las armas republicanas, la aproximación de la celebrada fiesta de San Juan...
Almirante José Prudencio Padilla, p. 96.13
Niños tocando instrumentos de la cumbia. Nótense la gaita y las maracas, instrumentos mencionados por Gosselman en su relato histórico.
El músico pedagogo Luis Antonio Escobar, en el capítulo «La mezcla de indio y negro» de su libro «Música en Cartagena de Indias», toma la descripción del baile indígena que presenció el teniente de la marina sueca Carl August Gosselman en Santa Marta, y que consignó en su obra «Viaje por Colombia: 1825 y 1826», como prueba de que por lo menos en la segunda década del siglo XIX ya existía el conjunto de gaitas en Santa Marta, el mismo que aparece en Cartagena y otras ciudades de la Costa con elementos musicales negros que resultan en la cumbia:14
Por la tarde del segundo día se preparaba gran baile indígena en el pueblo. La pista era la calle, limitada por un estrecho círculo de espectadores que rodeaba a la orquesta y los bailarines.
La orquesta es realmente nativa y consiste en un tipo que toca un clarinete de bambú de unos cuatro pies de largo, semejante a una gaita, con cinco huecos, por donde escapa el sonido; otro que toca un instrumento parecido, provisto de cuatro huecos, para los que solo usa la mano derecha, pues en la izquierda tiene una calabaza pequeña llena de piedrecillas, o sea una maraca, con la que marca el ritmo. Este último se señala aún más con un tambor grande hecho en un tronco ahuecado con fuego, encima del cual tiene un cuero estirado, donde el tercer virtuoso golpea con el lado plano de sus dedos.
A los sonidos constantes y monótonos que he descrito se unen los observadores, quienes con sus cantos y palmoteos forman uno de los coros más horribles que se puedan escuchar. En seguida todos se emparejan y comienzan el baile.
Este era una imitación del fandango español, aunque daba la impresión de asemejarse más a una parodia. Tenía todo lo sensual de él pero sin nada de los hermosos pasos y movimientos de la danza española, que la hacen tan famosa y popular.
Carl August Gosselman (1801-1843), Viaje por Colombia: 1825 y 1826.15
En la descripción del escritor José María Samper durante su viaje por el río Magdalena en 1879, de los elementos constitutivos de los bailes y la música sobre el río Magdalena, se identifican instrumentos y elementos del baile de la cumbia:16
"Había un ancho espacio, perfectamente limpio, rodeado de barracas, barbacoas de secar pescado, altos cocoteros y arbustos diferentes. En el centro había una grande hoguera alimentada con palmas secas, alrededor de la cual se agitaba la rueda de danzantes, y otra de espectadores, danzantes á su turno, mucho más numerosa, cerraba á ocho metros de distancia el gran círculo. Allí se confundian hombres y mujeres, viejos y muchachos, y en un punto de esa segunda rueda se encontraba la tremenda orquesta... Ocho parejas bailaban al compás del son ruidoso, monótono, incesante, de la gaita (pequeña flauta de sonidos muy agudos y con solo siete agujeros) y del tamboril, instrumento cónico, semejante á un pan de azúcar, muy estrecho, que produce un ruido profundo como el eco de un cerro y se toca con las manos á fuerza de redobles continuos. La carraca (caña de chonta, acanalada trasversalmente, y cuyo ruido se produce frotándola á compás con un pequeño hueso delgado); el triángulo de fierro, que es conocido, y el chucho ó alfandoque (caña cilíndrica y hueca, dentro de la cual se agitan multitud de pepas que, a los sacudones del artista, producen un ruido sordo y áspero como el del hervor de una cascada), se mezclaban rarísimamente al concierto. Esos instrumentos eran más bien de lujo, porque el currulao de raza pura no reconoce sino la gaita, el tamboril y la curruspa. Las ocho parejas, formadas como escuadrón en columna, iban dando la vuelta á la hoguera, cogidos de una mano, hombre y mujer, sin sombrero, llevando cada cual dos velas encendidas en la otra mano, y siguiendo todos el compás con los piés, los brazos y todo el cuerpo, con movimientos de una voluptuosidad...
17
En su obra Lecturas locales (1953), el historiador barranquillero Miguel Goenaga describe la cumbia y sus ruedas de cumbiambas en Barranquilla hacia 1888:
"[El poeta y escritor] Julio N. Galofre le cantó a la Cumbiamba; y al repasar yo esos cuartetos, que se publicarán alguna vez, me vienen a la memoria recuerdos de la niñez, cuando la popular mujer barranquillera, llamada La Cañón, ponía sus grandes ruedas de cumbiamba, allá por el año 1888, en las 4 esquinas de la calle Bolívar, callejón de California (hoy 20 de Julio), a donde concurría mucho público a ver la voluptuosidad del baile y el ritmo hondo y vigoroso de tambores, flautas y guarachas... Esto sí es cosa de la vieja Barranquilla, como resuena también en mis oídos el comienzo de un canto popular, cuando un señor Carrasquilla tenía en competencia otra cumbia por el barrio arriba, como entonces llamaban la parte sur de la ciudad:
Corre, corre, que te tumba la Cañón.
18

Debate[editar]

El origen de la cumbia ha sido motivo de argumentación entre quienes le atribuyen un origen etnomusical indígena, ubicado geográficamente en la región de la Depresión Momposina, y quienes argumentan la tesis del origen negro africano con cuna en Cartagena de Indias o, incluso, en la propia África. Los primeros, representados por personalidades como el compositor José Barros, escritores como Jocé G. Daniels, sociólogos como Orlando Fals Borda e historiadores como Gnecco Rangel Pava, y los segundos por la folclorista Delia Zapata Olivella.195
Casa de del compositor José Barros en El BancoMagdalena.
En 1998, en su artículo "La cumbia, emperadora del Pocabuy", el escritor Jocé G. Daniels teoriza que la cumbia fue «el aliciente espiritual de los indios» al asociar las flautas utilizadas en las fiestas de los chimilas, pocigueycas y pocabuyes en los territorios de las actuales poblaciones de Guamal, Ciénaga y El Banco, con la gaita primitiva de la cumbia, a partir del informe que envía el gobernador perpetuo Lope de Orozco al rey en 1580, sobre la Provincia de Santa Marta, en el que relata que «los yndios i yndias veben y asen fiestas con una caña a manera de flauta que se meten en la boca para tañer y producen una mucica como mui trayda del infierno» (sic).19
El cantautor banqueño Antonio García expuso en 1997 la siguiente teoría sobre el nacimiento de la cumbia: «Las tribus dedicadas a la pesca y la agricultura, en sus rituales fúnebres, especialmente cuando moría algún miembro de la alta jerarquía de la tribu, todos los miembros se reunían al caer la noche alrededor de una fogata, en el centro del círculo se colocaba a una mujer embarazada que era símbolo de la nueva vida, quien iniciaba una danza con el ritmo suave y melancólico de la flauta de millo, esta ceremonia se prolongaba por varias horas y terminaba por sumir en el más grande éxtasis a todos los que estaban allí reunidos y así nació la cumbia». En la misma reunión, José Barros, afirmó, producto de la tradición oral recibida de los indígenas: «La cumbia nació en las ceremonias fúnebres que los indios Chimillas celebraban en el país de Pocabuy cuando moría uno de sus jerarcas». Barros sostiene también en relación con la danza: «La idea de bailar en sentido circular tiene que ver con la costumbre de los indios Chimilas que danzaban alrededor del féretro cuando moría uno de sus jerarcas y que lo hacían en dirección contraria a las manecillas del reloj, lo que para ellos significaba viaje sin regreso».3​ Daniels añade que los aires musicales que están en el origen de la cumbia «tuvieron su mayor auge entre los Chymilas, Pocigueycas (Ponqueycas) y Pocabuyes, es decir, en territorios donde hoy se asientan las poblaciones de Guamal, Ciénaga y El Banco, pero alcanzaron su desarrollo con los elementos aportados por los negros de bemba colorá y los blancos, astutos y sagaces».1910
Para los indigenistas, la mezcla etnomusical que da origen a la cumbia se produce durante la Colonia en el país indígena del Pocabuy (que estuvo conformado por las actuales poblaciones de El BancoGuamal, Menchiquejo y San Sebastián en el Magdalena, Chiriguaná y Tamalameque en el Cesar, y Mompox, Chilloa, Chimí y Guatacá en Bolívar), ubicado en la actual Costa Caribe colombiana, en la parte alta del valle del río Magdalena, región de la Depresión momposina (incluidas las culturas de las sabanas y el Sinú, al norte de la Pincoya), producto de la fusión musical y cultural de indígenas, esclavos negros19​ y, en menor escala, de los españoles,20212219​ como dan referencia de ello historiadores como el Orlando Fals Borda en su libro Mompox y Loba, de la serie Historia Doble de la Costa, Tomo I, y Gnecco Rangel Pava en sus libros El País de Pocabuy y Aires Guamalenses.21​ Los Pocabuy son mencionados en diversas grabaciones, aunque la mención más famosa corresponde al estribillo del tema "Cumbia de la paz" grabada por "Chico" Cervantes:
Ritual sublime de los Pocabuy,
en la rueda de la cumbia
se despedían de los bravos guerreros
que allí morían,
que allí morían
en la paz de la cumbia...
Según anota Fals Borda:
La cumbia nació en el país de Pocabuy conformado por El Banco, Chiriguaná, Mompox, Tamalameque, Guamal y Chimí. Pocabuy era un país indígena que se extendía a todo lo largo del río Tucurinca (actual Magdalena).21
Para el escritor indigenista Jocé G. Daniels, es «irónico» que se le haya «querido endilgar inexplicablemente [a la cumbia] origen del bantú Kumbé».19​ Los indigenistas cuestionan que si la cumbia proviniera de ritmos de África, en otras partes de América a donde llegaron negros de todas partes de África en calidad de esclavos, como los Estados Unidos, debería existir cumbia, o al menos algo similar. Dice J. Barros: «La cumbia no tiene un solo viso de África. Eso es fácil de comprobar: los Estados Unidos, que recibieron a tantos miles de negros africanos no tienen dentro de las manifestaciones folclóricas de ellos nada parecido a la cumbia. Igual sucede con los países antillanos. Yo me pregunto: ¿por qué si la cumbia es africana y entró por La Boquilla, como dicen los Zapata Olivella -Delia y Manuel-, en Puerto Tejada, por ejemplo, donde también hay gente negra, como en todo el Pacífico, la cumbia no es su ritmo ni aparece dentro de sus composiciones... Yo, que desde los ocho años he estado en contacto con indios Pocabuyanos, que he tenido la oportunidad desde niño de tratar a indias de 80 y 90 años relatando su ritual, el ritual de la cumbia, puedo certificar lo antes dicho, que la cumbia aparecía cada vez que el cacique moría y se bailaba alrededor del difunto».23
A su turno, los africanistas ubican el surgimiento de la cumbia al entrar en contacto los negros esclavos con los indígenas en los puertos como Cartagena, Ciénaga, Santa Marta y Riohacha, principalmente en la primera, durante las fiestas de la Virgen de la Candelaria. Los afrocolombianistas disputan la cuna de la cumbia, la cual ubican en Cartagena.5107
Algunos autores asumen que el elemento negro de la cumbia proviene del cumbé, ritmo y danza bantú de la isla de BiokoGuinea Ecuatorial.1024​ Los africanos que llegaron como esclavos a esas regiones, al contar la historia de sus grupos étnicos y aquellos hechos famosos dignos de guardarse en la memoria, se servían de ciertos cantos que distinguían con el nombre de areítos, que quiere decir "bailar cantando": poniendo en alto los candiles, llevaban el coreo, que era como la lección histórica que, después de ser oída y repetida muchas veces, quedaba en la memoria de todos los oyentes. El centro del círculo lo ocupaban quienes daban la lección con el pie del canto y aquellos más duchos y peritos en el manejo de las guacharacas, millos, tambores y maracas, para entonar con la delicadeza la música de aquellos cantares que fueron pasando, con el tiempo, de ser elegiacos a entusiasmar, galantear, querellar y divertir.21
El investigador cultural A. Stevenson Samper se remite a la obra del general Joaquín Posada Gutiérrez, «Fiestas de la Candelaria en La Popa» (1865), donde se describe la música y el baile de las festividades de la Virgen de la Candelaria en Cartagena, y relaciona la siguiente descripción con la rueda de cumbia.16​ El mismo texto utiliza la antropóloga Nina S. de Friedemann para explicar la configuración de la cumbia en el ámbito de la esclavitud en Cartagena de Indias:25

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